Monday, April 27, 2015

Cuba, ¿hacia el Siglo 21?

Después de las fotos, el protocolo y la celebración por el decreto de Obama que restablece parcialmente la relación entre Estados Unidos y Cuba, vale la pena revisar los alcances y limitaciones del mismo. Primeramente, es importante mencionar que el decreto presidencial no levanta el embargo que permanece en Cuba desde hace décadas, pues éste es una ley que solo puede ser abrogada por el Congreso, cosa que difícilmente sucederá dada la oposición republicana.  

No obstante, el Presidente Obama -lejos de ser un “pato cojo”- por decreto flexibilizó varios aspectos tanto políticos como económicos de dicho embargo. Dos aspectos sobresalen por su capacidad de generar efectos multiplicadores y cambios sistémicos en la economía cubana.

El primero es la relativa apertura al turismo estadounidense. Actualmente el turismo es uno de los tres principales contribuyentes a la economía cubana, se estima que alrededor de 170 mil estadounidenses estuvieron en la isla en 2014; con las medidas anunciadas esta cifra podría llegar al millón de visitantes en un par de años. El segundo aspecto son las remesas. Según el Departamento de Estado de EUA las remesas a Cuba ascienden a 2 mil millones de dólares al año; con la reforma el flujo de éstas alcanzaría los 10 mil millones de dólares anuales.

Sin duda estos aspectos, entre otras medidas anunciadas, tienen el potencial de catapultar a Cuba al siglo 21 en el mediano plazo. Empero, ¿qué gana Estados Unidos con esto? Para empezar, el impacto político puede catapultar a Hilary Clinton a la presidencia en 2016, de ahí la rabieta republicana. Más sobre este punto en la siguiente entrega. 


Tuesday, April 21, 2015

El Triunfo de la Ciudad

Más de la mitad de la humanidad vive actualmente en ciudades y para 2050 alrededor del 70% de la población habitará zonas urbanas. Lo anterior tiene importantes implicaciones para el desarrollo económico y social, y para la calidad de vida de las personas. La ciudad ha triunfado, afirma Edward Glaeser en su reciente libro del mismo nombre. Las ciudades, afirma Glaeser, “densas aglomeraciones que puntean el planeta, han sido motores de innovación desde que Platón y Sócrates discutían intensamente en los mercados Atenienses”. La gran prosperidad de Londres, Tokio y Chicago, por ejemplo, viene de la habilidad para estimular nuevas formas de pensar y de crear conocimiento.

Paradójicamente, las ciudades, donde se han dado las innovaciones que han impulsado el progreso humano, son también los principales centros de inequidad, delincuencia y discriminación. Por cada gran centro financiero y comercial de Nueva York, Paris o la Ciudad de México, existen barrios donde las personas viven por debajo del umbral de pobreza. Ese es el gran reto urbano, crear ciudades sustentables donde se potencie la innovación y se mitigue la desigualdad.

Guadalajara es la segunda metrópoli más importante del país, con las condiciones para convertirse en una ciudad global. Empero, para ello debemos potencial la innovación y la creatividad, generando mejores condiciones para un desarrollo social equitativo y ordenado. ¿Qué se necesita para que triunfe Guadalajara? Un paso fundamental es reducir nuestro marcado provincianismo y tomar decisiones basadas en la ciencia económica urbana y el urbanismo contemporáneo. Redensificación, movilidad sustentable y coordinación intermunicipal son temas en la agenda de las próximas elecciones. Esperemos que vayan en serio.    

Monday, April 13, 2015

Presupuesto base cero, ¿en serio?

Ante el complicado panorama económico nacional, principalmente dada la caída de los precios del petróleo –más del 30% del gasto público proviene de ingresos petroleros-, el Gobierno Federal anunció la restructuración del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) para el 2016 con base la metodología base cero. Suena elegante e innovador, sin embargo, si el tema va en serio las implicaciones son profundas.

El presupuesto base cero significa que cada programa presupuestal debe justificar su existencia año con año, eliminando aquellos que ya no contribuyen suficientemente al bien público. Se antoja difícil, sobre todo en una lógica Weberiana donde el principal objetivo de la burocracia es sobrevivir y crecer. Así, ninguna organización o programa estará dispuesto a aceptar que se ha vuelto irrelevante –aunque muchos de ellos ya lo sean desde hace décadas.

Como siempre, el problema está en los detalles: ¿Cuál será dicha base “cero”? Paradójicamente, dicha base no puede ser cero. En realidad, existe un margen muy limitado para la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, porque la mayor parte del presupuesto ya está comprometido en gastos ineludibles tales como la deuda pública, pensiones y jubilaciones, prestación de servicios públicos en seguridad, salud, educación, etc. De acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas, solo alrededor del 6 por ciento del gasto público nacional es sujeto a modificaciones. Para las universidades públicas el panorama presupuestal no es distinto, sus gastos ineludibles alcanzan entre un 90 y 95 por ciento de sus presupuestos totales.

Ante este contexto, la incertidumbre crece y Hacienda tiene la obligación de presentar los detalles cuanto antes.