Monday, April 25, 2016

Mexicanos en el exterior: ¿fuga de cerebros?

Actualmente las dinámicas globales propician que un creciente número de personas emigren de sus países de origen en busca de oportunidades y mejores condiciones económicas y sociales. Según el Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME), en 2012 había casi 12 millones de mexicanos que emigraron y residen en el extranjero, de éstos, alrededor de 11 millones radican en Estados Unidos (97%).

Según un estudio de Tuirán y Ávila (2013), de estos 11 millones de migrantes en Estados Unidos, 1 millón contaban con licenciatura y 153 mil con posgrado estudiados en México; de estos últimos, alrededor de 22 mil emigró con estudios de doctorado. Aun más, estos autores estiman que uno de cada 10 mexicanos con licenciatura terminada y uno de cada 5 mexicanos con doctorado terminado residen en el vecino país del norte. Así, mientras más alto es el nivel de estudios de nuestros connacionales mayor es la probabilidad de que emigren a Estados Unidos.


¿Debería preocuparnos esta aparente “fuga de cerebros”? Si bien es cierto que la migración definitiva de talentos no es deseable y es necesario propiciar mejores condiciones que les permitan desarrollarse en México, debemos reconocer que las dinámicas económicas y tecnológicas globales permiten que diversos países e instituciones se beneficien del conocimiento, en una “circulación de talentos”.


Entonces, más que añorar que estos migrantes regresen a vivir y a trabajar en México, debemos generar políticas para facilitar que se vinculen con universidades e instituciones mexicanas para beneficio mutuo. Iniciativas ejemplares como la Red Global de Mexicanos Calificados facilitan dicho intercambio; este tipo de políticas deben ser multiplicadas. 




Tuesday, April 5, 2016

Big data y democracia

Con la invención de internet se creo también el mito de que éste contribuiría a desarrollar una mejor sociedad, más democrática e incluyente. Si bien es cierto que esta herramienta y sus diversas aplicaciones han contribuido a derrocar regímenes autoritarios y le han dado voz a los que antes no la tenían -aunque a muchos de éstos Umberto Eco les ha llamado “legión de idiotas”-, también lo es que crecientemente estas herramientas son utilizadas como armas para mantener los privilegios del poder, tanto en regímenes autoritarios como en democracias consolidadas.

En ese sentido, el diario británico The Economist, en su edición del 26 de marzo, reconoce que “Así como las redes sociales democratizan movimientos políticos, los datos que se generan también se pueden concentrar de maneras perversas”. Por ejemplo, los datos generados a través de Twitter permiten mapear el activismo de ciertos grupos políticos, permitiendo su control y cooptación. Asimismo, de acuerdo con el prestigiado diario, “el acceso a los datos también se puede concentrar en manos de empresas privadas” al servicio de campañas políticas que tienden al espionaje y a la manipulación de tendencias sociales.


Así las cosas, después de todo no es tan ficticio el manejo de los algoritmos que el perverso Frank Underwood y su contrincante realizan para espiar a los ciudadanos y manipular tendencias electorales en House of Cards. Más aun, curiosamente al cerrar estas líneas se difunde la confesión de un hacker que dice haber trabajado para la campaña presidencial del PRI en 2012, precisamente espiando opositores y manipulando las redes sociales. Quien tiene Big data detenta Big power.