Thursday, October 15, 2015

Cielos abiertos

En competencia económica, si una política no le conviene al jugador dominante probablemente sea buena para el consumidor. El pasado 26 de septiembre, en pleno vuelo GDL-MEX, el piloto de la aerolínea más grande de México hizo un “anuncio muy importante”; algunos sudamos frio. No, el anuncio no tenía que ver con una fuerte turbulencia o el desvío del vuelo. Leyendo un comunicado, nuestro piloto alertó a los pasajeros sobre los peligros del convenio bilateral en materia de aviación entre México y Estados Unidos (“Cielos Abiertos”), presentado por la SCT. Al margen de los contenidos del comunicado, la forma y el medio me parecieron de pésimo tacto.

Este convenio permitiría que cualquier aerolínea mexicana o norteamericana realice vuelos entre ciudades de los dos países (3ª y 4ª libertades) y que un vuelo entre ambas naciones pueda recoger pasajeros en el país vecino y continuar hacia un tercer país (5ª libertad). Para el gobierno, esto aumentaría las opciones del consumidor, reduciendo costos y mejorando el servicio. No obstante, para los directivos de la aerolínea dominante dicho convenio pone en riesgo la supervivencia de la industria aérea nacional. 


Seguramente la verdad se encuentra en algun lugar entre ambas posiciones dogmáticas. Empero, y al margen de la propaganda, lo que debemos reconocer son las asimetrías entre las industrias aereas de ambos países. Mientras que en 2013 México realizó 148 mil vuelos internacionales, Estados Unidos realizó 902 mil; la flotilla de EUA es de 7 mil aeronaves comerciales, mientras acá tenemos 350. Si el convenio se ratifica en el Senado, ¿nuestras aerolineas estarán en condiciones de competir sin el apoyo del gobierno mexicano?