Monday, February 27, 2017

La des-internacionalización de La Universidad

Vivimos tiempos complejos y definitorios para el futuro de la civilización. Grandes democracias liberales, sobre todo la estadounidense, se ven amenazadas por tendencias populistas y el repunte de las ideologías sectarias que promueven la xenofobia, el racismo, el proteccionismo y el miedo. Una institución inmediatamente afectada es La Universidad.

La retórica del gobierno norteamericano niega abruptamente los ideales de La Universidad, entendida ésta como universalidad; universalidad de visiones, creencias, métodos y verdades. Estas tendencias van en contrasentido de la globalización e impiden el desarrollo de una visión inter y multicultural que facilite la convivencia en un mundo complejo, dinámico e interconectado. No el mundo de Trump, por supuesto.

Al seno de las universidades norteamericanas hay mucha preocupación. El reporte Open Doors muestra que en el ciclo 2015-2016 había poco más de 1 millón de estudiantes internacionales en Estados Unidos de América (EUA). Estos estudiantes han contribuido, sin duda alguna, al desarrollo científico y a la innovación en un sinnúmero de áreas de la economía y la sociedad. Una pregunta ronda el pensamiento de los rectores en EUA: ¿Cómo se verían sus universidades en 10 años si las tendencias proteccionistas y xenófobas lograran su cometido?

La prueba de fuego sobre la des-internacionalización de la educación superior norteamericana es el futuro de la orden ejecutiva DACA, que protege a alrededor de 1 millón de jóvenes estudiantes indocumentados que llegaron a EUA cuando eran niños o adolescentes. Si este acuerdo es derogado implicaría la deportación masiva de estos jóvenes y el primer paso para desmontar el liderazgo global de las universidades norteamericanas. No sería pues un balazo en el pie, sino un suicidio.   

Monday, February 13, 2017

Napoleón y el Shock de Shanghái

Solo hay ya dos tipos de universidades y/o sistemas educativos: los que quieren competir y ser visibles a nivel global y los que piensan –erróneamente- que están aislados de la competencia internacional. Los rankings han ganado la batalla de la percepción, y ya no solo impactan a las universidades sino a sistemas educativos enteros. Veamos el impresionante caso francés.  

Tradicionalmente, el sistema de educación superior de Francia se caracterizó por ser altamente fragmentado y complejo, pues existen no sólo universidades sino también las llamadas Grandes Écoles, escuelas especializadas, centros de enseñanza técnica y centros de investigación; con un férreo intervencionismo del Estado (herencia napoleónica). Dicen que es necesario ser francés para, medianamente, entender el sistema…

Pero entonces vino el “Shock de Shanghái”, donde en subsecuentes ediciones del ya famoso ranking de la Universidad Jiao Tong (ARWU), ninguna universidad francesa aparecía en el top 50 global. Fue demasiado para el orgullo francés y Nicolás Sarkozy inició una serie de reformas que culminaron con la nueva Ley sobre la Educación Superior y la Investigación (2013).

La premisa de la Ley es simple, busca reducir la fragmentación de escuelas y facultades y unir esfuerzos e indicadores para figurar en las mediciones internacionales. De tener cientos de pequeñas escuelas, Francia busca crear 25 grandes universidades denominadas comunidades universitarias (COMUES), con mayor autonomía, para competir con las Oxfords y Cambridges del mundo.  


Sin duda esta reforma de gran calado es una lección sobre la necesidad de cambio e innovación constante en los sistemas educativos superiores. Mientras tanto, en México seguimos debatiendo viejas fórmulas para lograr el 40% de cobertura en educación superior.