Tuesday, April 5, 2016

Big data y democracia

Con la invención de internet se creo también el mito de que éste contribuiría a desarrollar una mejor sociedad, más democrática e incluyente. Si bien es cierto que esta herramienta y sus diversas aplicaciones han contribuido a derrocar regímenes autoritarios y le han dado voz a los que antes no la tenían -aunque a muchos de éstos Umberto Eco les ha llamado “legión de idiotas”-, también lo es que crecientemente estas herramientas son utilizadas como armas para mantener los privilegios del poder, tanto en regímenes autoritarios como en democracias consolidadas.

En ese sentido, el diario británico The Economist, en su edición del 26 de marzo, reconoce que “Así como las redes sociales democratizan movimientos políticos, los datos que se generan también se pueden concentrar de maneras perversas”. Por ejemplo, los datos generados a través de Twitter permiten mapear el activismo de ciertos grupos políticos, permitiendo su control y cooptación. Asimismo, de acuerdo con el prestigiado diario, “el acceso a los datos también se puede concentrar en manos de empresas privadas” al servicio de campañas políticas que tienden al espionaje y a la manipulación de tendencias sociales.


Así las cosas, después de todo no es tan ficticio el manejo de los algoritmos que el perverso Frank Underwood y su contrincante realizan para espiar a los ciudadanos y manipular tendencias electorales en House of Cards. Más aun, curiosamente al cerrar estas líneas se difunde la confesión de un hacker que dice haber trabajado para la campaña presidencial del PRI en 2012, precisamente espiando opositores y manipulando las redes sociales. Quien tiene Big data detenta Big power.

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