Al calor de las dos más recientes justas futboleras,
la Copa América y la Euro, llama la atención la irracionalidad de la FIFA y de
la Federación Mexicana de Futbol (FMF), al pretender resolver un tema que desde
hace siglos ni los más brillantes sociólogos, economistas y politólogos han
logrado: regular el comportamiento de las masas enardecidas.
Con motivo del folklórico grito al portero rival, el
ya famoso ¡ehhh… p…”, la asociación ha impuesto multas derivadas de expresiones
consideradas como ofensivas a las selecciones de Argentina, Chile, México, Perú
y Uruguay; 70,000 francos suizos para Chile y 20,000 para cada uno de los otros
países. Aun más divertido, la FMF saco al aire sendos comerciales moralistas
donde porteros tratan de concientizar y hasta amenazar a los aficionados con un
cándido “ya párale”. Sí, los grandes cerebros pamboleros de la FMF pretenden
resolver lo que las ciencias sociales no han podido.
En
uno de sus trabajos, Christian Borch presenta dos enfoques con los cuales
sociólogos estudian a las multitudes: como cuerpos con demandas políticas
concretas y agendas racionales, o bien como enjambres incontrolables e irracionales
sin demanda alguna; el caso que tanto preocupa a los líderes del futbol recae
en el segundo supuesto. Entonces, resulta iluso y contraproducente querer
regular una multitud difusa, sumida en el calor del momento y que no desarrolla
actos violentos.
Una humilde recomendación para la FIFA y la FMF: No
pierdan el tiempo jugando a ser estadistas, mejor enfóquense en limpiar al
fútbol de la corrupción interna. Garanticen juegos limpios e imparciales, lo
demás es ocioso y hasta cae en el ridículo.